|
En 1844
un grupo de obreros de una pequeña localidad inglesa se organizaron
con éxito para propulsar una cooperativa. Los Pioneros de Rochdale
demostraron que el éxito de las cooperativas basadas en la
distribución de los beneficios era posible. Esta institución fue
reconocida internacionalmente como la iniciadora del movimiento
cooperativo moderno. Acuñando en su seno conceptos como el de
trabajo solidario y ayuda mutua, estos obreros -que en su mayoría
eran tejedores desempleados-, elaboraron un vasto programa que, si
bien no se realizó totalmente, sirvió como aspiración del movimiento
cooperativo actual.
La cooperación hace del individuo un
hombre y de la unión de los hombres una verdadera sociedad, más
justa y solidaria.
Abundan los ejemplos que indican que el camino
más efectivo para iniciar al ser humano por los senderos del
cooperativismo, es a través de las cooperativas
escolares. La creación de cooperativas dentro de los
establecimientos educacionales, de nivel primario, posibilitan que
los niños comiencen a tomar conciencia de la importancia del
trabajo en común, de la solidaridad, del esfuerzo propio y la ayuda
mutua, preceptos que constituyen los pilares fundamentales
de la acción cooperativa.
|